martes, 24 de septiembre de 2013

Doña Paula busca aumentar a 10% su share en el mercado local

La empresa vitivinícola de capitales chilenos generó un cambio en su estrategia comercial y hoy apunta a ganar más terreno en el mercado doméstico. En estos días hizo una serie de presentaciones de sus vinos en Buenos Aires, Rosario y Mendoza, de dos nuevos vinos de su segmento Super Premium: Doña Paula Estate Riesling y Doña Paula Estate Black Edition. Ambos son productos que se comercializan a un precio de $90 en góndola. “Es a este segmento de precios al que buscamos apuntar, a este tipo de vinos para crecer en mercado interno”, comentó Martín Kaiser jefe de viñedos de Doña Paula.
Lejos quedaron los tiempos en que los rumores indicaban que porque Doña Paula se llevaba su sector comercial a Chile, esto podía significar un desprendimiento de Argentina.
Hasta hoy la proporción de venta local de la marca ocupa el 3% de su producción total de 320 mil cajas, el 97% va a 60 mercados externos.
Con pie en una de las zonas top del vino de Mendoza, Gualtallary (Tupungato), donde tiene sus fincas Alluvia (de donde también proviene su línea de vinos de mayor valor), el plan en un futuro cercano es construir una bodega en esa misma zona para los vinos de alta gama, según nos dijo en exclusiva Martín Kaiser.

De esa región es uno de los dos vinos que presentaron, un Riesling, cepaje oriundo de regiones frías del Rhin en Alemania, que tiene escasísimos exponentes como varietal en Argentina. El de Doña Paula es un vino franco, fácil de tomar, de buen volumen y acidez equilibrada.
Muy interesantes también los tragos que se sirvieron con vino: Riesling con pétalos de rosas, el más aplaudido de la noche.

miércoles, 17 de abril de 2013

Hoy todos somos Malbec

Perdí la cuenta de los años pero soy de las que se acuerda cuando en los diarios Malbec se escribía Malbeck. Dicen que ese es el apellido del viticultor húngaro que lo introdujo en Francia y anécdotas aparte empiezo por ahí porque lo que hoy parece normal (el Malbec es más del 50% de las exportaciones de Argentina) en un pasado muy cercano, los mendocinos habíamos escuchado poco y nada acerca de nuestro varietal emblema. Con los años me fui enterando de que fue Nicolás Catena uno de los primeros que trajo gente a explorar las potencialidades del Malbec, allá por el 92´ y no falta el consultor internacional que asegura que fue el primero en descubrir sus potencialidades.
En fin. Para mí el Malbec se mueve entre la suerte, el glamour , la creatividad y la generosidad de Argentina. Suerte, porque algunos países como Chile con toda su seriedad en el trabajo, hicieron mucho sin conseguir nada que se parezca a un varietal emblema, a un rompehielos como sí tuvo la fortuna de tener Argentina. Generosidad, porque un vino tan amable, dócil, perfecto, redondo, aromático y colorido sólo puede surgir de algo que es bueno en sí. El suelo y el clima, el terroir argentino funciona como óvulo y esperma.
Glamour, sí, porque con todas sus aristas, imprevisiones, vuelcos económicos y sistema político esquizoide, este es un país que atrae, que gusta, que tiene sex appeal. Inversores y bebedores por igual lo encuentran irresistible.
Creatividad. Basta con ver lo que hacen algunos enólogos! Son estrellas. Genios, locos, buscadores, juegan como niños a buscar el elíxir perfecto para encerrar al genio en la botella. En ellos la creatividad no tiene límites, no todavía.
Hoy al mirar esta industria a veces nos preguntamos cómo se logró en poco más de 10 años que las viñas tuvieran tan buenos resultados, que se generara un sector tan especializado, que se construyeran majestuosas bodegas, que Argentina fuera reconocida en el mundo por sus vinos, por sus paisajes, por su cultura. El Malbec es en gran parte la respuesta a esta pregunta.

jueves, 7 de marzo de 2013

La evolución de Cheval des Andes

Cheval des Andes, un joint venture entre Terrazas de los Andes y Cheval Blanc, es la cereza del postre que estos importantes inversores franceses desarrollaron en su proyecto vitivinícola en Agentina. Un mundo aparte, como lo reconoce el presidente de Cheval Blanc, Pierre Lurton, subido al gran barco de Louis Vuitton Moet Hennssy. Nacido en cuna de oro, el Cheval des Andes es un vino único que fue evolucionando desde un perfil netamente francés en 2001, tiempo en que tenía como asesor enológico al gran Roberto de la Mota, a un vino más ligado a la tradición argenta, con más Malbec y menos Cabernet Sauvignon, a lo que se le agrega un touch de Petit Verdot. 
Ayer Cheval des Andes con la presencia de algunos altos directivos del Grupo LVMH, presentó en sociedad la cosecha 2008 y realizó una cata vertical (así se le llama a la degustación por añadas) desde 1999 a 2008. Experiencia ilustradora, ya que no será sencillo tener a la mano 9 añadas de un vino de 150 dólares para probar.
Diré que la evolución de Cheval desde lo más francés (más acidez y frescura, más nervio en el Cabernet Sauvignon) , a un estilo más argentino (con la rendondez y la dulzura del Malbec pero con menos acidez, más fruta), no ha sido lineal. El ejemplar de 1999 muestra una evolución impecable; vino carnoso, voluminoso, con muchísima fruta fresca a pesar de los años. En 2001 encontré al más francés de toda la camada, acidez y frescura en su máxima expresión. La cosecha 2002 logró un vino de impactante concentración, tanto en sabores como en aromas, con más sucrocidad que acidez, pero con múltiples capas especiadas y florales en nariz. A partir de 2003, comienza a percibirse mejor la mineralidad. El 2005 es un vino muy mineral, fresco y con una nariz más modesta, pero elegante. Mientras que en 2006, también por las caraterísticas de la cosecha, vuelve la potencia del Malbec y a la columna vertebral tánica que le aporta el Cabernet, se suman los alcoholes más grasos por la gran maduración del Malbec, que aportan excelente volumen en boca.
La cosecha 2008, a la que se llegó con un 60% de Malbec, un 35% de Cabernet Sauvignon y un 5% de Petit Verdot, indica la dirección que seguirá Cheval des Andes, que está logrando un vino equilibrado, fino, y tan arrogante como a los franceses les gusta decir que son.
 




jueves, 14 de febrero de 2013

Mis 8 vinos recomendados para celebrar el amor en San Valentín.


  Zorzal Pinot Noir 2012. Salvaje, indomable, conserva los aromas del terruño de Gualtallary donde es criado y elaborado amorosamente por los hermanos Michelini.  Cada año, desde que lo probé por primera vez, me sorprende. Y sorprenderse es, en algún punto, enamorarse.
-       -  Mariflor Pinot Noir 2011. Delicado, fragante,  sugerente, atrae y encanta los sentidos con absoluta sutilidad. Tengo un cariño especial por esta cosecha porque participé, brevemente y con mucho cariño, en su elaboración.
-          Imperfecto 2010. Daniel y Gonzalo Pi, padre e hijo lo lograron.  Es la imperfección en él lo que encanta. Suave, aterciopelado, suave y a la vez recio, viril, masculino. El hombre del que te quisieras enamorar si fuera un vino.
-          Saint Felicien Malbec 2009 Catena Zapata. Sé que no soy novedosa al recomendar este gran vino, pero nunca me canso de decir cuán noble, persistente en calidad, fino y equilibrado es este Malbec elaborado por un querido amigo, Alejandro Vigil y su equipo (en el que también se cuentan otros amigos). El amigo fiel del que también te podrías enamorar.
-          Pulenta Estate Gran Corte 2009 un blend que además de Malbec, tiene Merlot, Petit Verdot, Tannat y Cabernet Sauvignon. Muy bueno. Entrada dulce, largo, equilibrado, buena acidez, buen agarre, nariz media
-          Andeluna Pasionado Cabernet Franc 2008. No sólo tengo un gran aprecio por su actual winemaker Manuel González, sino que el nombre del Pasionado lo dice todo: un vino llenísimo en boca, voluptuoso, seductor e irresistible. Para comerse a besos.
-          Salentein Brut Nature 2012. Para enamorar.
-          Baron B, de Chandon. Para seguirse enamorando.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Cabernet Franc, la estrella del momento

En estos días en que con los enólogos nos aprestamos a generar un nuevo Desafío para elegir los 10 mejores Cabernet Franc varietales de Argentina, me encontré con una agradable sorpresa en Evico 2012. De 14 vinos elegidos por los técnicos para representar lo mejor de la cosecha del año, hubo dos Cabernet Franc, algo casi impensable en Argentina en los últimos años. Pienso que esta elección confirma las apuestas que hacían por esta variedad winemakers de renombre como Alejandro Vigil, quien en más de una ocasión dijo que le encontraba el Cabernet Franc aún más potencial que a otras variedades sobre las que se tienen muchas esperanzas, como la Bonarda. Curiosamente, en Evico, no hubo ni un solo vino Bonarda seleccionado. La Licenciada Adriana Martínez, presidente del comité de jurados de Evico 2012, confió que se presentaron varios ejemplares de Bonarda, pero ninguno mereció el puntaje necesario como para entrar en la línea de los vinos que representan mejor la cosecha 2011.
Ricos en aromas y en polifenoles, carnosos en boca, súper frescos en nariz, intensos, de largo final, y sobre todo con esa impronta que me recuerda a los bosques del Sur, con sus brisas y sus lagos, así son los Cabernet Franc, a los que los enólogos encontraron el punto adecuado de cosecha, lo más importante para lograr vinos de altísima calidad.

Algunas reflexiones sobre Evico 2012

Evico 2012 tuvo agradables sorpresas. El panel conformado por algunos de los técnicos más importantes de Argentina, incluyó este año vinos de consumo masivo, o para decirlo de otra manera, vinos a granel. Importantísimo, ya que son estos vinos, en definitiva, los que constituyen el grueso del vino que luego llega a las botellas, y de cuya calidad depende gran parte del negocio, tanto interno como externo en estos días.
Un moscatel de Alejandría de Mendoza fue el escogido en esta categoría, un vino correctísimo, con perfecta acidez, limpieza, sanidad, aromático y equilibrado.

El jurado pensó mucho en el consumidor, y ese es otro dato a rescatar. Los Malbec que se eligieron fueron exactamente aquellos que concuerdan con el gusto y el perfil de consumo, y eso fue lo que los técnicos premiaron, a mi juicio. De hecho en la categoría Malbec del año sin madera, eligieron un vino que para mí estuvo entre los de mejor puntaje de toda la lista. Un vino jugoso, redondo, sin aristas, elegante y con gran expresión de la fruta. Le di 91 puntos aunque la media del jurado fue un puntito más abajo.